1. Analiza tu situación actual
Antes de comenzar, es necesario que sepas dónde estás parado. Analiza tus estados financieros, tus ingresos, costes, activos, pasivos y todos aquellos indicadores que te den un panorama de las finanzas de tu empresa. También es buena idea conocer tus procesos para ajustarlos o cambiarlos por completo.
2. Haz pronósticos
Una vez que reúnas esa información, crea posibles escenarios que respondan a los riesgos que detectaste. Los datos históricos y tendencias de los mercados pueden dar pistas sobre tus costes e ingresos. De esta forma, te podrás anticipar a los retos y a lo que tu empresa necesitará en el futuro.
3. Mide tu avance
Los KPI, del inglés key performance indicator, son tus aliados para medir tu progreso hacia los objetivos que planteaste. Además, te permiten ajustar el desempeño del personal. Los KPI difieren según el negocio, aunque, en cuestión de finanzas, las ganancias, ingresos y costes son algunos de los más comunes.
Recuerda que si necesitas optimizar las actividades de tu compañía, puedes usar una plataforma CRM para el sector financiero, pues es perfecta para automatizar procesos y facilitar el trabajo de tus equipos.
4. Monitorea tu progreso
Este es un paso crucial de una estrategia financiera, ya que las revisiones continuas del rendimiento de tu planeación es clave para asegurar que vas en el camino correcto. Recuerda que la flexibilidad para ajustarse según las demandas del entorno y la aparición de nuevas variables es parte fundamental de la planeación.